La media chilena de Martín Palermo ante Deportivo Táchira quedará en la historia no solamente por la brillante resolución, sino porque, además, fue su festejo número 200 en Boca.
Otra vez Martín Palermo fue el gran protagonista en la Bombonera. No le alcanzaba con haber llegado a una cifra redonda de goles con la camiseta “auriazul”: para el “Loco”, el tanto número 200 ameritaba una definición así de memorable, como para que los hinchas lo guarden en su retina para siempre.A los 18 minutos del complemento, a Palermo se le ocurrió ejecutar una extraordinaria media chilena y mandar el esférico hacia la red, luego de una asistencia de su inseparable compañero de ataque, Rodrigo Palacio. Lo sufrió todo Deportivo Táchira. Lo gritó toda la Bombonera: no era un tanto más.Pero este “optimista del gol”, que tanto perfil bajo aparenta fuera de las canchas, ya está acostumbrado a hacerse notar en el césped, pues no es la primera vez que el máximo anotador de Boca sobresale por su cuuriosa actuación.Cuando todavía estaba construyendo su idolatría, festejó tras convertir un penal ¡con las dos piernas! ante Platense, en 1999. Ese mismo año, marcó su tanto número 100 en Primera (sumando su trayectoria en Estudiantes) con una severa lesión ligamentaria, que lo mantuvo seis meses inactivo. No obstante, todo parecía preparado para su gran regreso: en mayo de 2000, cerró la goleada 3-0 en el clásico ante River, eliminándolo de aquella Copa Libertadores.En España también escribió capítulos para su novela: en la celebración de un gol con la camiseta del Villarreal, soportó que una tribuna se derrumbara sobre él, teniendo que someterse a otra larga etapa fuera de los campos de juego. Tras su regreso a Boca, continuó con una carrera deportiva digna de una película. Se recuerda que, en una de sus peores etapas de sequías goleadoras, se sacó la malaria con un tremendo disparo desde la mitad de la cancha, en un clásico frente a Independiente. Y, mientras algunos especulaban con su retiro dada su avanzada edad, cerró muchas bocas con dos días gloriosos: cuatro gritos suyos en sendas victorias 5-0 ante Gimnasia y 6-0 contra Banfield, ambas en 2007.Pero Palermo no es un artillero que se conforme. Mientras el fibrón tachaba el número 200 de la famosa bandera del palco, el “Loco” todavía pensaba en nuevos objetivos. Una de sus deudas es anotar en una final de Copa Libertadores. ¿Se le dará este año?
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