Metió su gol 200 en el club gracias a una chilena de su sello. Fue el segundo tanto en el 3-0 con el que el equipo de Ischia aseguró el pase a octavos. Había convertido el primero y después aumentó Palacio.
Categórico. Indiscutible. Así fue la goleada de Boca.
Puntero del Grupo y segundo mejor primero en la Tabla General. Así de contundente fue Boca en la Segunda Fase de la Copa.
De entrada, nomás, le puso los puntos en claro a un muy ordenado (en el primer tiempo) Táchira. Presionó arriba y jugó por afuera. Preferentemente por la izquierda aprovechando que Chacón es un lateral de mucha proyección y poca marca. Entonces le mandó a Palacio por ahí y le sumó a Gaitán, desbordándolo permanentemente y terminando las jugadas en un Palermo descomunal.
Los venezolanos también presionaron en esa primera parte, obligando a Boca a salir rápido. Lo pudo hacer y le agregó precisión, hecho que descolocó a su rival. A los 13’, por la izquierda, desbordó Palacio y lo buscó a Martín quien fue derribado por su marcador. El propio Martín se encargó de abrir la cuenta y, a la vez, de hacer que Táchira tuviera más compromiso con su ofensiva. De todos modos, el conjunto de Maldonado no se estiraba y hasta tuvo unos diez minutos finales que Boca debió soportar.
En la segunda etapa, Boca lo pasó por arriba. Lo presionó aún más y consiguió un volumen de juego con mucha velocidad y precisión. Demasiado para Táchira. Tanto que lo desordenó. Y mucho. Boca siguió buscando por los costados y por la banda izquierda, mayoritariamente. Y no paró. Palermo metió una chilena descomunal a los 18’ para poner el segundo y para convertir su gol número doscientos con la camiseta de Boca. Aplauso, ovación, todo para el gran goleador de la historia Xeneize.
La fiesta siguió porque Boca no daba respiro. Con un sistema defensivo demasiado sólido, basado en el orden y la ubicación de sus volantes, recuperaba rápido y manejaba el balón y el territorio. Lastimaba en serio. A los 36’, Palacio le dio un pase a la red tras una serie de toques cortos y selló la goleada y la clasificación.
Goleó Boca. Jugó demasiado bien en su mejor partido del semestre. Demostró que está firme el sueño copero. Y, sobre todo, acalló algunas voces que molestaron en la semana
Categórico. Indiscutible. Así fue la goleada de Boca.
Puntero del Grupo y segundo mejor primero en la Tabla General. Así de contundente fue Boca en la Segunda Fase de la Copa.
De entrada, nomás, le puso los puntos en claro a un muy ordenado (en el primer tiempo) Táchira. Presionó arriba y jugó por afuera. Preferentemente por la izquierda aprovechando que Chacón es un lateral de mucha proyección y poca marca. Entonces le mandó a Palacio por ahí y le sumó a Gaitán, desbordándolo permanentemente y terminando las jugadas en un Palermo descomunal.
Los venezolanos también presionaron en esa primera parte, obligando a Boca a salir rápido. Lo pudo hacer y le agregó precisión, hecho que descolocó a su rival. A los 13’, por la izquierda, desbordó Palacio y lo buscó a Martín quien fue derribado por su marcador. El propio Martín se encargó de abrir la cuenta y, a la vez, de hacer que Táchira tuviera más compromiso con su ofensiva. De todos modos, el conjunto de Maldonado no se estiraba y hasta tuvo unos diez minutos finales que Boca debió soportar.
En la segunda etapa, Boca lo pasó por arriba. Lo presionó aún más y consiguió un volumen de juego con mucha velocidad y precisión. Demasiado para Táchira. Tanto que lo desordenó. Y mucho. Boca siguió buscando por los costados y por la banda izquierda, mayoritariamente. Y no paró. Palermo metió una chilena descomunal a los 18’ para poner el segundo y para convertir su gol número doscientos con la camiseta de Boca. Aplauso, ovación, todo para el gran goleador de la historia Xeneize.
La fiesta siguió porque Boca no daba respiro. Con un sistema defensivo demasiado sólido, basado en el orden y la ubicación de sus volantes, recuperaba rápido y manejaba el balón y el territorio. Lastimaba en serio. A los 36’, Palacio le dio un pase a la red tras una serie de toques cortos y selló la goleada y la clasificación.
Goleó Boca. Jugó demasiado bien en su mejor partido del semestre. Demostró que está firme el sueño copero. Y, sobre todo, acalló algunas voces que molestaron en la semana
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